EDITORIAL – AMLO NO RESPONDIÓ A LAS DEMANDAS NI AL DOLOR DE LOS DAMNIFICADOS
¿De qué sirvió la visita de AMLO a Tula? Es la gran pregunta que muchos tulenses se hacen después de la tan esperada presencia del Presidente de la República. Al final, de nada sirvieron las manifestaciones, las pancartas, los gritos de exigencia de los damnificados cuando llegó el mandatario a la UTTT el pasado sábado. Se podría decir simplemente que López Obrador llegó y se fue….No hubo anuncios que calmaran el ánimo de la gente ni que alertaran un poco su esperanza. Nada. El señor no dijo nada que pudiera animarlos después de que muchos lo perdieron todo en la inundación. Hubo una rimbombante reunión del Presidente con el Gobernador y algunos alcaldes y funcionarios federales en la UTTT, pero se ignoró completamente el dolor y el coraje de los cientos de manifestantes que estaban afuera con pancartas donde exigían respuestas y solución a sus pérdidas materiales. Para el presidente pareció como que no hubo ningún problema, ninguno, y abordó la reunión con toda calma, sin hablar nada sobre los afectados, a quienes literalmente ignoró, a pesar de que rodearon su camioneta cuando arribó al lugar y con gritos le pidieron solución y que se bajara para atenderlos. Nada de esto inmutó al flamante Presidente, quien sólo sonrió levemente desde el interior de su camioneta, donde iba en el lugar del copiloto, y prosiguió su camino entre la muchedumbre que le impedía el paso a como diera lugar, incluso, arriesgando su vida al colocarse frente a la unidad, la cual nunca se detuvo. Muchos se preguntan ¿Dónde quedó su flamante frase de «primero los pobres»?, ¿cuándo ahora ni siquiera los vio ni los oyó? En la reunión sólo se acordaron asuntos que no son tan prioritarios para la gente, porque presuntamente se rehabilitarán caminos y carreteras, se construirá un nuevo IMSS, el cual es importante, sin lugar a dudas, pero en este momento lo que más le importa a la gente es recuperar una estufa, una cama, un refrigerador….etc., etc., etc., y poder vivir tranquilos en sus casas, las cuales, hoy, no tienen. Sin embargo, no hubo ningún anuncio de recursos extras para que los habitantes y los comerciantes puedan reiniciar nuevamente sus vidas, después de una inundación que ellos no provocaron y de la cual, ciertamente, son víctimas. Nada, no hubo nada de esto. Ni siquiera se sabe si el gobierno federal dará más de los dichosos 10 mil pesos que entregó, como una migaja, a los damnificados. Triste, muy triste, es ver al final que la esperanza fue en vano en la visita de López Obrador, y que al final es un político insensible a las necesidades de los pobres y que sólo utiliza la demagogia a su conveniencia, porque al final, es igual que todos.